Félix Sánchez: “Marileidy Paulino es una pieza clave en el atletismo dominicano, si gana medalla sería histórico”
| Redacción Marca Claro
Por: Diego Acedo | Enviado | Twitter: @diegoacedo
Los atletas de República Dominicana sorprendieron al mundo hace unos días en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, cuando consiguieron la medalla de plata en la nueva prueba de relevos del 4×400. Detrás de ese súper equipo hay un entrenador muy cualificado que es considerado el mejor atleta de la historia del país. Ese preparador es Felix Sánchez que vuelve a pisar territorio olímpico, donde se forjó su leyenda eterna con dos Oros, en Atenas 2004 y Londres 2012, en los 400 planos.
‘Súper Sánchez’ hace una pausa para atender a MARCA Claro en el Estadio Olímpico, a pocas horas de que la atleta dominicana Marileidy Paulino pueda hacer historia para su país en la final de los 400 metros planos.
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¿Qué opciones tiene Marileidy Paulino de conseguir una medalla para República Dominicana en la final de los 400 metros planos?
“La veo bastante bien, gracias a ella tuvimos buena posición en la final de los relevos 4×400. Es una pieza clave del atletismo de nuestro atletismo, si consigue la medalla sería histórica, porque sería la primera vez, que un hombre o mujer gana dos medallas en unos mismos Juegos Olímpicos. Para nuestro atletismo sería grande tener esa actuación, para recibir más apoyos y animar a los jóvenes que sigan este deporte. Para que entre todos podamos sumar esfuerzos y que los entrenadores se sigan preparando para la nueva generación y así poder superar lo que estamos haciendo ahora en Paris 2024”.
¿Qué significa para usted esa medalla de plata en los 4×400 relevo mixto después de sus medallas de Oro como atleta en 2004 y 2012?
“Es un honor y un privilegio, aportar a la juventud y a los que vienen detrás de mis pasos. Lo que hice en mi carrera es inspirar a tantos jóvenes a tomar el deporte del atletismo en un país que lo que más jugamos es béisbol. Estoy orgulloso por los muchachos que se esmeraron durante dos años en este sueño olímpico, que se canceló el año pasado. Estuvimos trabajando continuamente, fue difícil, sin competencias y cuando las hubo no fue bien. A pesar de todo, nos mantuvimos positivos. Todo se dio cuando llegamos a Tokio, nos encontramos con obstáculos, pero conservamos la fe, confiando en el trabajo que hicimos. Esperábamos una medalla, estuvimos luchando el bronce, pero al final terminas con plata y ganarle a Estados Unidos es un sueño realizado”.
Cuéntenos cómo fue ese momento en que son descalificados y se quedan fuera de la final. Pero gracias a su reclamación pudieron volver a admitirlos, ¿cómo lo hizo para que atendieran sus peticiones?
“Tengo mucha experiencia y competí bastante nivel en relevos, así que conozco las reglas. También gracias a mi formación en Estados Unidos, sino estaba en el aire. Sabía esa posibilidad de pelearlo y discutirlo. Cuando vi que nos descalificaron, corrí hacia la zona técnica para reclamarlo. Sólo tenemos 30 minutos, pero no imaginé que nos lo negarían. Vi el video, hay unas reglas y unas responsabilidades de los jueces. Nuestra atleta hizo falta, pero no fue su culpa, sino del juez. Entonces lo volví a pelear. Cuatro horas más tarde llegó la señal positiva que nos iban a dejar correr. Al final corrimos también con Estados Unidos y no hubo nadie afuera. Llenamos los nueve carriles, pudimos ganar esa plata y apenas tenemos 10 medallas en total en el país, siendo el atletismo el deporte que más amo y el que más aporta”.
¿Cómo es su experiencia de entrenador?, ¿cómo vivió esa histórica carrera de los 4×400 relevos mixtos en las gradas del Estadio Olímpico?
“Entreno a tres de los muchachos, así que lo viví emocionado y gritando, aunque es muy diferente a cuando corría. No ganamos el oro, pero yo lo sentí igual que si lo fuese. Nosotros éramos cinco, mientras que Estados Unidos puso cuatro en la semifinal y otros cuatro en la final, Polonia también tenía esa ventaja y metió a tres. Aún así, peleamos y luchamos hasta el final. Ves a Alexander Ogando, que apenas lleva un año conmigo, con 21 años, joven y talentoso, verlo en esa posición, en su primera vez viajando y en unos Juegos Olímpicos, entrar esa recta con esos gigantes. Grité y cuando llegué a la meta pensé que éramos bronce, pero vi plata, entonces di gritos y brinqué lleno de emoción”.
Los tiempos cambiaron mucho a cuando usted corría, ¿qué impresión le dejó la final de los 400 metros con el récord del mundo de Karsten Warholm?
“Fue tremenda, ahora hay mucho conocimiento, entrenadores preparados con mucha información disponible. Sabía que los tres iban a bajar de 47 y correr en 46, pero nunca imaginé en 45. El quinto hizo 47.12 y mi mejor marca es 47.25. Yo llegaría sexto y soy una leyenda. Es impresionante, de eso trata la evolución del deporte. Estoy contento por los jóvenes de muchísimo talento que sigan rompiendo barreras, en los próximos 3 ó 4 años no sé hasta dónde llegarán las marcas”.
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