La holandesa Jorien ter Mors, se llevó la medalla de oro y rompió este miércoles el récord olímpico durante la prueba de los 1,000 metros en el Patinaje de Velocidad de PyeongChang 2018 al parar el cronómetro en 1:13.56 minutos. Batiendo así el récord anterior, que le pertenecía a la estadounidense Chris Witty desde Salt Lake City 2002 con un tiempo de 1:13.83 minutos.
“Fue una gran carrera”, dijo ter Mors. “Patiné muy bien, con una gran técnica y estoy contenta con el tiempo final, pero después de ver que ganaba sólo quería que las demás no lograran un mejor tiempo porque hoy todas fuimos muy rápidas”.
La patinadora consigue así la cuarta medalla de oro para Holanda en la historia de la prueba de los 1,000 metros e impone su segundo récord olímpico tras haberlo conseguido durante los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi 2014, pero en la prueba de 1,500 metros. Además, se convierte en la primera holandesa en conseguir el oro en los 1,000 metros desde 2006.
“No me di cuenta de inmediato”, confesó ter Mors. “Sólo después de dos o tres carreras dije: ¡Tengo un récord olímpico! Eso es genial”.
Tras el primer lugar conseguido por ter Mors, la acreedora del récord mundial, Nao Kodaira y su compatriota Miho Takagi, hicieron la plata y el bronce, respectivamente, y firmaron también otra página en la historia del deporte de su país. Convirtiéndose así en las primeras dos medallistas olímpicas para Japón en la historia de los 1,000 metros de Patinaje de Velocidad.
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