Anatomía de los clavados
| Redacción Marca Claro
Los eventos de clavados olímpicos se realizan desde el trampolín de 3 metros o desde la plataforma de 10 metros.
Los jueces evalúan la ejecución y dificultad de cada salto. Al final el vencedor es el que obtenga la puntuación más alta.
La inmersión en carrera se puede utilizar tanto para despegues de trampolín como de plataforma. Para realizar este movimiento se necesita una fluida aproximación.
El clavadista corre hasta el final del trampolín o plataforma, y el último paso es desde un pie.
Entonces, un clavadista solo puede rebotar o saltar una vez en el extremo del trampolín o plataforma, generando suficiente impulso en vuelo para ejecutar el número requerido de giros y saltos.
En la plataforma de 10 metros, el clavadista dobla las rodillas para crear suficiente impulso para moverse hacia arriba, afuera y lejos de la plataforma.
En la posición de encogida, el cuerpo es compacto, doblado tanto en las rodillas como en las caderas para permitir una rotación máxima.
Para crear la postura de carpa el cuerpo se debe doblar hasta la cadera y las rodillas mantenerse estiradas.
Durante la colocación de la estirada, el cuerpo es perfectamente lineal y unido.
Los clavados sincronizados pasan por las mismas cinco fases de inmersión que los clavadistas individuales, sin embargo, deben ser intuitivos, sintonizados y perfectamente sincronizados con su compañero.
La comunicación y el tiempo son clave.
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