Juegos Olímpicos de Invierno: una historia que evoluciona ante la calidez de su espíritu
| Redacción Marca Claro
Chamonix, Francia, fue el primer escenario de nieve y hielo que vio nacer un hito en la historia de la humanidad. A casi cien años de ese primer momento, en el que la práctica de esquí de fondo, patinaje artístico, hockey sobre hielo, combinada nórdica o el bobsleigh le dieron paso a los Juegos Olímpicos de Invierno, el espíritu deportivo crece con fuerza, incluso, a pesar de las múltiples adversidades.
Ahora, la máxima justa deportiva de invierno, que en un principio se nombró Semana Internacional de Deportes de Invierno y se asoció con los Juegos Olímpicos de Paris 1924, reconoce su evolución no solo por la incorporación de nuevas disciplinas complejas, técnicas, tecnología, récords o marcas, sino por la oportunidad de encender la luz y la esperanza en sus atletas y seguidores.
De cara a Beijing, primera ciudad en la historia en albergar unos Juegos Olímpicos de Verano y de Invierno, los Juegos Olímpicos de Invierno se retoman como una oportunidad para contar nuevas historias a través de los 109 eventos de sus 15 disciplinas, y de los más de dos mil novecientos atletas que ya aspiran a convertirse en una nueva leyenda del máximo y cálido evento deportivo.
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